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Mostrando entradas de agosto 27, 2017

Puro sentimiento.

Arden mis mejillas por las lágrimas que manan de estos ojos rotos de ver tantas sinrazones, hieren sin piedad los llantos ahogados que no se atreven a hacer ruido, por temor a ser oídos por gente insensible que los aguardan. Sonrío y me siento feliz, porque éstas lagrimas son de aprecio no de angustia… son el producto de tanto amar. Soy afortunada… sé que existe el auténtico amor, cándido, sano, sé a que saben los verdaderos abrazos, los sinceros y no los comprados con dinero o regalos… sé amar, más allá de lo que había previsto. Afligidos han de sentirse quienes no lo comprendan, porque donde solo hay furias y malas acciones no cabe el gozo de percibir ternura en el alma y paz en la conciencia. Somos el resultado de nuestras acciones.

Oscuridades.

Me levanté de un impulso del sillón cuando al girarme vi una enorme araña negra (casi de mi tamaño), justo a mi izquierda… aferrada a la tela roja con sus ocho patas grandes y peludas. Completamente estática en medio de la sala, intentaba resolver la situación. No deseaba matarla pero tampoco la quería en mi casa, después de cavilar en varias soluciones ninguna me pareció la apropiada. Me costaba respirar. Era su vida o la mía! Me decidí, tomé el tubo de la aspiradora y con coraje fui a por ella… pero reparé con pánico que era muy pequeño para el tamaño de la araña, me estallaba la cabeza y en ninguno de los pedazos se hallaba una salida. Cuando su cuerpo giró y sus ojos me miraron, mi universo estalló de espanto y desperté al fin…

Un instante en la noche.

Imagen
No lo puedo evitar, me hipnotizan las barquitas. Me traen recuerdos de la niñez, felices por unas horas y con olor a mar. Cierro los ojos y me observo dormitando plácidamente en una de ella, cubierta por un manto de estrellas y notando la suave caricia de la brisa marina en mis mejillas. Las barcas son para mí ese paréntesis en mi vida que necesité vivir, para endulzar mis recuerdos y saber que pertenezco por siempre al mar, siempre que las estrellas me protejan…

Soltando ataduras.

Hay que aprender a amar, no solo cuando el sol brilla y la luna desprenda su hechizo… eso es lo sencillo y tal vez ni amor sea, sino una ilusión efímera seduciendo nuestro juicio. El universo sigue expandiéndose y no va a detener su objetivo por nada ni por nadie, sabe que así ha de ser… y el nuestro vivir el presente tal y como se presenta. Si una persona querida un día decide irse es porque lo necesita… tenemos que aceptarlo y no pensar que nos deja sin su luz; verdaderamente no se va, su esencia queda en nuestro ser… es su persona, el que por distintos motivos necesita tomar otro rumbo diferente al nuestro, o tal vez solo nos deje libre el nuestro para que avancemos por el con nuevas y amplias preceptivas…

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